sábado, 19 de julio de 2008
en
17:15
| Publicado por
Ester
Para ti mi casa la construí con puertas fáciles, sólo mueves un biombo de flores y pasas. Te diriges al cuarto que te apetezca, La ventana que te saludará es amplia.
También es para ti. Desde allí contemplarás el paisaje más hermoso que recuerdes.
El sillón mullido te hará señas y te envolverá tibiamente como mujer perfumada y felina, te invitará a recordar algún momento sensual, te invitará a leer o lo que quieras, allí está para ti
luego si deseas comer algo lo que no te hace daño está en mi cocina compuesta de vegetales como en una selva estiras la mano y tienes la fruta tienes el pan cultivado por mí amasado por mí para ti.
Ahora si deseas dormir o escuchar música nuestros gustos son similares.
El dormitorio está plagado de estrellas matutinas y nocturnas, la luna más esplendorosa te espera y si no deseas nada de aquello cierras la cortina pesadamente oscura de la noche, la paz sobrevendrá a esta pieza de meditación y extravíos amorosos en un sueño profundo y reconfortante como el de un niño acariciará tus sienes.
El baño aunque la austeridad es mi sello he dejado jabones exóticos y sales aromáticas por si deseas bañarte, y toallas muy suaves para esa piel que cubre lo mío.
hay cuatro llaves agua de mar, agua de la tierra, de vertientes andinas y cataratas australes.
El patio está lleno de árboles frondosos, sacados de ese cuento que leías en tu niñez, de quintas que soñaste con producir, pobladas de flores y pájaros.
Hay silencio, una pileta pequeña, arrullo y ruidos por doquier si lo deseas, es para ti. Disculpa, Voy a estar ausente, Mi presencia estará no sé exactamente en que sueño pero éste, te lo regalo.
Ah, se me olvidaba las paredes, encontrarás pinturas, homenajes a tu obra y algunas fotos de mi rostro que te gustó alguna vez.
Otra cosa, si sientes soledad no tienes más que desearlo y vendrá a hacerte compañía, ella La Maja..
No hay. No existe más que el amor que se puede escribir. Para vivirlo se expande el universo ante tu paisaje ante los fuegos, esos dos fuegos ante tu estatura. Es tuya tu figura pero ahora me pertenece tomo posesión de tu territorio amor. Te tomo al amarte ahora cuando los trenes han quedado sin estación y sólo hay un lamento de árboles latiendo.
El río baja hacia la oscuridad de la noche así como mi sangre hacia tu molécula más íntima que te mueve hacia mi como planta sedienta.
Frenos pondré no resultan al restallar las estrellas y las cosquillas que guarda mi falda no puedo olvidar que mañana no existiremos y que quedará de la inmanencia del tiempo? en que tuvimos en la mano todas las respuestas al por qué estamos aquí.
La realidad fugaz y esquiva como un sueño que no alcanzo me dice que tú eres en esos caminos solitarios el abrigo, el puente, el contacto con el cielo, en que yo mínima y oscura busco a ciegas una salida pero me dejas sola y no hay nada que repare tu ausencia.
La poesía provoca hambre. Algunos conocieron al poeta que vivía sin comer la poesía lo mató, enderezaba vientos. Otros conocieron al poeta que en plena dictadura reclamaba sueldo. lo declararon loco, más bien recibió bofetadas de sorna e indiferencia.
Otros me conocieron a mí que no tengo sueldo, no como, y sigo la faena de ayudar a enderezar el viento.
Vendí mi mente mis manos mis pasos. La selva de inversión se tragó todo quedé transformada en cemento y número mis sueños reclamaban desde las ventanas agitaban pañuelos desde su territorio marginal. Pero no pude volver atrás había vendido mis pasos. Miré y todavía brillaba algo en mis manos callosas.
Virgen de las esquinas R. por N. Virgen de la calle vieja y sucia R. por N. Virgen de las mujeres golpeadas R. por N. Virgen de las mujeres mal amadas R. por N. Virgen de las mujeres ingenuas R. por N. Virgen de los marginados R. por N. Virgen de los niños expulsados a la calle R. por N. Virgen de los esquizoides R. por N. Virgen de la gama de neuróticos y sicóticos R. por N. Virgen de los ateos R. por N. Virgen de los apáticos R. por N. Santos de la calle
Un astronauta lleva un abanico japonés el sol de primavera bajo las bungavilias recorre en bicicleta antigua aquel magnolio de Julio para plantar una flor de maravilla. Un pez anhelante de corales rosa sueña con vivir en un zapato viejo pero esa lágrima sin derramar en el ojo amante con pincel cromático es pieza iluminada de voces serenas en ambiente de terciopelo se instalan un plato de madera y una taza de greda.
Solo hay un día en que tropiezo con la palabra nosotros. acude torrentosa como manantial detenido largo tiempo abraza como esporas.
Multiplíca ese espacio clandestino en que no hay poder ni posesión sólo la palabra donde la libertad peregrina se detiene a curiosear en medio de algún libro antiguo del que se precipitan flores secas, libros sin escribir, mientras el reloj asustado hostiga y aguarda el minuto de interrupción más honda que desbarata esa palabra con el desparpajo de la muerte.
El golpe de la sangre, el latido acelerado, muchas gaviotas han emprendido el vuelo.
El cielo se despeja de nubes, las ropas caen, el amor largo tiempo contenido es abrazo intenso que no abarcará nunca lo que tiene que abarcar.
Se enfría el viento, siguen cayendo las hojas, los árboles lagrimean, Venus arranca de uno de los dos corazones, bromea como siempre, desde ese momento el encuentro se torna insípido. Venus ríe juguetona desde lejos.
El café suple algo que me falta. No sé si es la costumbre de tener el ánimo arriba de un árbol o es que posee algo de amistad cálida que me recorre la médula. Acaso reemplaza algún tejido cerebral que se extravió en la preocupación de turno y trata de reconfortarme sublimando amores inconclusos gravitantes en los ávidos recodos del viento. No lo sé, pero reconozco alguna energía de bastón más o menos dañino, que hace por mí lo suficiente como para perdonarle su tóxico veneno.
2
El hastío suele introducirse por mis faldas después de transitar en alguien más cansado que lo ha dejado flotando a la espera de una distraída sin defensa se cuela silencioso y transparente como un virus y lo intenta todo para cruzar las capas de esta existencia y lograr que renuncie al mundo para dejarlo a otros que verdaderamente merezcan quedarse, entonces mi mano vacilante abre el estante y detestando las drogas ingiero un tapsin período.
El tintineo de la cuchara es música leve anuncio de su presencia. Lentamente, sus manos, como sus pasos se mueven y despejan cortinas, horas y silencios.
El milagro de sus ojos nonagenarios contemplan sorprendidos otro día. Su cuerpo absorbe sol del té la vida acontece iluminada esa palabra insiste en su materia presente durando.
Y antes que arranque mis ojos de lluvia estampo dudas y certezas de la presencia de luz ignorada.
El desayuno momento único nunca repetido en que aún escucho los sonidos amados preciso como minuteros del reloj mi labor cumbre es sellar este día en que no se apagarán.
Porque la poesía sirve para algo como triturar rutinas y buscar verdades, aunque esta búsqueda sea el intento colosal de capturar trofeos de neblina asiendo con las manos ávidas esculturas de arena.
Así y todo Madre hoy eres eterna en este poema antes que te vayas, antes o después de mí.
El día que me convertí en guitarra exhalé un sonido ajeno a lo terrenal altísimo y potente que despertó ángeles y algunos demonios.
El día que me convertí en guitarra alcé mi diminuto cuerpo fuera de este mundo como un cohete lunar.
El día que me convertí en guitarra los dedos musicales se posaron en las cuerdas y fueron despertando notas como quien despierta volcanes acallados por largo tiempo.
El día que me convertí en guitarra sos dedos musicales se posaron en mis tensas cuerdas y arrancaron música apasionada de fuego abrasador.
El día que me convertí en guitarra supe que para sonar bien, el pulsador tiene que ser delicado, experto, intuitivo, para convertirnos en un dúo único.
Porque ese día, la guitarra, las notas, los dedos se hicieron música de confines que alcanzaron el oído de los esquimales y sin que mediara espera como sólo puede hacerlo la música, atravesaron profundas aguas hasta llegar a los últimos onas y alacalufes.
La lluvia desde adentro amenaza. No hay por qué algunos días no hay verdad ni mentira sólo el silencio blanco que viene hacia mí hasta aturdirme en sueños amenaza matarme y que puedo hacer esperar el siguiente turno.
Entonces dejo de ser agradecido y me convierto en algo informe fatuo y estúpido. La congoja me coge con sus manos que sofocan cierta pena marcha insegura desde lugares que desconozco y vienen para reventarme un poco más, un poco más
La noche avanza con sus lupas de plata busca corazones solitarios y los imanta para sí. de ellos se alimenta y se dice no romántica y que pasará después cómo puedo saberlo solo sé que estoy embargada de vida y de mil soles que se agitan de vientos y retruécanos sin sentido y mi brújula cada vez la entiendo menos se va envuelta en luces fatuas en letreros luminosos que dejé de ver hace mucho tiempo. Busco en la montaña el silencio que informe algo de mí algo de lo aprendido y no avanzo, al contrario me siento cada vez más confusa más perdida más extraña, no soy de aquí, sólo estaré un tiempo. Siento que he perdido algo y lo tengo todo que calma llega después del cansancio. No hay serenidad si no ha habido perturbación
No cabe más en este momento está ahíto de instantes y puede estallar no quiero irme en ese estallido pero sería armonioso
Hoy temo dormir, tal vez sea la última vez.
Qué pasa por dentro, cómo entender que soy qué hay en mi!!
Algo se mueve, algo está vivo soy yo y no me doy cuenta que sí, que estoy viva tomo conciencia que soy un universo y que en mí están todas las respuestas todos los paraísos y los infiernos sumergidos en mis venas
Captando el sonido que iba de la mano del viento número catorce
El que aprieta la garganta del aire
El aire funciona siempre
No se agota, sólo se ensucia,
De gente, de máquinas.
El aire envejece gracias a uno
uno rejuvenece gracias al aire
Energía emerge de mí como de un tobogán, rápido plácido,
Elegante, discretamente taciturno
La melancolía se cuela por los hoyos del ¤.
por la putrefacción de las esquinas
instaladas en la noche drogadicta
que gusta de tragar sangre joven,
absorbiendo sueños de niños,
de tratamientos craneales,
de protuberancias absortas en la idea
en la noche recogida en moños estelares,
en seculares libros amarillos,
en bibliotecas mortecinas de relojes.
De manos insólitas buscando barcos hechizados de horizontes,
Flaquean las piernas en el muelle delirante,
Tras el navegante arcaico.
Cogen sutiles cartas ahítas de tiempo y camino, robando aventuras
Aislas temerosas,
Acoyotes empujados al abismo
Despedazados en rocas marinas,
Muertos en acantilados nocturnos,
Rotos los bolsillos enfrenta rostros neutros,
Que sigilosos vuelven los párpados
Hacia la luz victoriosa
Mientras lunas oscuras cargan las espaldas insolentes
Rogando para que no se muevan las serpentinas del caos.
Enrolladas las cortinas del teatro
Cupen miles de calcetines en algunos hoyos del agujero inventado.
En cuanto se puede se pasa este vertiginoso alud de remezones,
De nubarrones costilares, coscolares, rubilidantes, aciditantes,
Más que inquisiquietante.
Días agrietados por la pudrición del ambiente,
por la costra inmediata de la madera,
Urge iniciar plegarias y abrir cortinas de colores,
Furiosas tonalidades que intimiden la tristeza, la soledad pedida.
Urge soñar en tutelares pirámides en que todo converge
a la unidad armónica universal,
En que la música es superior, en que gana siempre la luz.
Urge esperanza hasta las cavidades más negras de los túneles individuales,
De los hoyos negros del corazón.
Urge vivir de verdad y no a medias,
Desenrollando latidos emocionados, latentes estupores y asombros,
Donde el prado, el mar sean tan benignos como se ven,
Las montañas se puedan montar tan fácil como se ven.
Es bueno tomar aviones rumbo al deseo al fin encontrado.
Es bueno escuchar noticias distintas que hablen de algo que no sea de fracaso social,
que no sea desgracia individual.
Es bueno inventar televisores ingenuos y poéticos en que podamos asumir
Un pequeño grado de felicidad estelar y gótica.
Es bueno recibir cartas con rayas de colores que traigan un aroma africano
o guatemalteco, donde te anuncien tu renuncia a la frustración,
tu ascensión a la capacidad mayor de quererte un poco más cada día.
Cabe en las manos lluvias de plata,
El smog desalojado de los pulmones se retira al abismo para no dañar.
Cabe en las manos millones de dudas que vuelven el rostro hacia esferas cargadas de casualidades,
en las que mis zapatos pasean libremente por costaneras de luz y ¤,
en que el ¤ se toma de tu mano y susurra una calidez desconocida.
Cabe en las manos cúmulos inertes de esperanzas rotas que no se cansan de esperar resurrección en el próximo aliento de la línea transversal del trópico.
Cabe en las manos todos los tropiezos que enseñan a vivir,
Aunque se sufra una larga espera y un desencanto
frente al mar frío y oscuro.
Cabe en las manos todo lo que tú quieras, todo lo que quieras y querrías para siempre,
Siempre y cuando acuerdes conmigo en que
Cabe en las manos aquello que deseas
Siempre y cuando te atrevas a escribir
cuando una parte te dice no y otra sí, como siempre,