Serie fakires 2

sábado, 19 de julio de 2008 en 12:12

SERIE FAKIRES, parte 2

La vida es flaca

Es larga y tiene los bolsillos rotos

Por ahí escapa en cuanto puede la felicidad

En búsqueda de su eterna amiga

El libre albedrío

La libertad.

La vida es flaca

Tiene los bolsillos rotos.

Hazte la lesa no más,

Planta plantéate

Con botas relucientes

De cargas escuálidas,

Con baterías inéditas,

Franquea puertas,

Come chalinas azules

Absorbe asteriscos íntegros

Puerco espines del aire

Rollizo bolsón del viento

Cuadros abstinentes abstente

Magras allende el mar

Mugres allende el polen

Resurge la infiltración de poder

De cacarear como quieras

Incluso como mujer

No es grato, es existente

Y excitante.

Soplo a veces la oreja

La gran oreja cósmica

La que escucha aquel artista musical

Captando el sonido que iba de la mano del viento número catorce

El que aprieta la garganta del aire

El aire funciona siempre

No se agota, sólo se ensucia,

De gente, de máquinas.

El aire envejece gracias a uno

uno rejuvenece gracias al aire

Energía emerge de mí como de un tobogán, rápido plácido,

Elegante, discretamente taciturno

La melancolía se cuela por los hoyos del ¤.

por la putrefacción de las esquinas

instaladas en la noche drogadicta

que gusta de tragar sangre joven,

absorbiendo sueños de niños,

de tratamientos craneales,

de protuberancias absortas en la idea

en la noche recogida en moños estelares,

en seculares libros amarillos,

en bibliotecas mortecinas de relojes.

De manos insólitas buscando barcos hechizados de horizontes,

Flaquean las piernas en el muelle delirante,

Tras el navegante arcaico.

Cogen sutiles cartas ahítas de tiempo y camino, robando aventuras

A islas temerosas,

A coyotes empujados al abismo

Despedazados en rocas marinas,

Muertos en acantilados nocturnos,

Rotos los bolsillos enfrenta rostros neutros,

Que sigilosos vuelven los párpados

Hacia la luz victoriosa

Mientras lunas oscuras cargan las espaldas insolentes

Rogando para que no se muevan las serpentinas del caos.

Enrolladas las cortinas del teatro

Cupen miles de calcetines en algunos hoyos del agujero inventado.

En cuanto se puede se pasa este vertiginoso alud de remezones,

De nubarrones costilares, coscolares, rubilidantes, aciditantes,

Más que inquisiquietante.

Días agrietados por la pudrición del ambiente,

por la costra inmediata de la madera,

Urge iniciar plegarias y abrir cortinas de colores,

Furiosas tonalidades que intimiden la tristeza, la soledad pedida.

Urge soñar en tutelares pirámides en que todo converge

a la unidad armónica universal,

En que la música es superior, en que gana siempre la luz.

Urge esperanza hasta las cavidades más negras de los túneles individuales,

De los hoyos negros del corazón.

Urge vivir de verdad y no a medias,

Desenrollando latidos emocionados, latentes estupores y asombros,

Donde el prado, el mar sean tan benignos como se ven,

Las montañas se puedan montar tan fácil como se ven.

Es bueno tomar aviones rumbo al deseo al fin encontrado.

Es bueno escuchar noticias distintas que hablen de algo que no sea de fracaso social,

que no sea desgracia individual.

Es bueno inventar televisores ingenuos y poéticos en que podamos asumir

Un pequeño grado de felicidad estelar y gótica.

Es bueno recibir cartas con rayas de colores que traigan un aroma africano

o guatemalteco, donde te anuncien tu renuncia a la frustración,

tu ascensión a la capacidad mayor de quererte un poco más cada día.

Cabe en las manos lluvias de plata,

El smog desalojado de los pulmones se retira al abismo para no dañar.

Cabe en las manos millones de dudas que vuelven el rostro hacia esferas cargadas de casualidades,

en las que mis zapatos pasean libremente por costaneras de luz y ¤,

en que el ¤ se toma de tu mano y susurra una calidez desconocida.

Cabe en las manos cúmulos inertes de esperanzas rotas que no se cansan de esperar resurrección en el próximo aliento de la línea transversal del trópico.

Cabe en las manos todos los tropiezos que enseñan a vivir,

Aunque se sufra una larga espera y un desencanto

frente al mar frío y oscuro.

Cabe en las manos todo lo que tú quieras, todo lo que quieras y querrías para siempre,

Siempre y cuando acuerdes conmigo en que

Cabe en las manos aquello que deseas

Siempre y cuando te atrevas a escribir

cuando una parte te dice no y otra sí, como siempre,

Siempre que quieras.

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