Cuando el mediodía arrancó de mis brazos
zarparon besos hacia la claridad del arco iris.
Aún así,
La gotera triste continuó
y
aunque
llega desde muy lejos el ruido de ese tren nocturno
que lleva equipajes de sueños a medias,
te dejaré ir con mi felicidad a cuestas.
Mi vida no te olvidará,
por eso
he preferido el triste amanecer
a la claridad mortecina de tus ojos.
Oh! Cuán frágil la vida como los sentimientos.
Y la gotera no cesa
haciéndome recordar que algún día ya no recordaré
aquellos recuerdos.
Escrito mucho tiempo atrás, rescatado febrero 2007.
Poema rescatado del polvo tiempo del tiempo olvido
sábado, 19 de julio de 2008
en
14:29
| Publicado por
Ester
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