Serie faquires 1

sábado, 19 de julio de 2008 en 12:09

Serie faquires

Ritos en que me derrito

Faquir de guata,

Carga de plumas

Comiendo avellanas sin pelar,

Carrocería armada

Benz ven

Carga descargada

Herrumbre en la lumbre

Pelícanos en una película

El té es tuyo

Te digo es tu té, punto.

Ya se sabe, la vida es corta,

Más parece una torta

Come lo que no debe

Lengua lesa y prisionera

La casa se hace prisionera

De sus hábitos y ruidos

La vida es larga

Cuando resulta amarga

No bebas ese veneno

Lengua torpe y lesa

Puede edificar mucha felicidad

O toda la infelicidad.

Las llamas se apagan acomplejadas

Han divisado las estrellas

Réquiem a las llamas

La casa parte volando

Hacia un paisaje ilusionado

Las fechas avanzan atléticas

Réquiem a las deudas

Rompe la cadera del mar

Ruge el animal que hay en el viento.

Faquir de punta

Irrumpen costras de antiguas heridas

Raras aves sobrevuelan el espíritu

Calcinados sueños publicaré mañana

Colas de burro en mi pasado reciente

Colas de pavo en mi pasado antiguo

Filosóficas flaquezas de la estirpe.

Prometeo y sus monstruos

Hamlet y sus monstruos dentro de Hamlet

Huye de tus enemigos

Imposible si eres tú mismo

Tu mejor enemigo eres tú mismo

Tu ayudante y manager

Los fracasos te los fabrica tu enemigo

Detéctalo a tiempo

A aquel que te observa en el espejo.

Cenizas es una bonita palabra

Maquillada para hacer morir la primavera

Y sacrifican poetas torrenciales

Que buscan dormir en el Olimpo

Nunca les creas a los literatos

Son más mentirosos que los empresarios

Lo único que es auténtico, la belleza

Ésta gotea desde el árbol de cristal

De la intuición y la destreza del pensamiento

Es un juego serio jugar

A unir palabras poseedoras de existencia y gotas de verdad.

La vejez empieza como el invierno

Se niega a retirar sus tentáculos de agua

Se zambulle en uno y pasea

La derribo con una escoba de dinamita

La ofendo y agredo y permanece inconmovible

La hago dormir, pero sólo cierra un ojo

La aplasto y se levanta mil veces

La derrito al fuego y reaparece en una esquina sonriendo

La elimino pero hago lo mismo conmigo.

Qué figura en tu infancia

No es caso un tren proscrito por el viento

Un diario de vida atosigado de rutina

Un par de alas cortadas antes de nacer

Qué figura en tu infancia

Si no es un juguete sucio y pequeño

Una puerta sin pintar, un baño de hoyo

Una gotera, que insiste en asustar los cuentos más bellos y solitarios

Qué hay en tu infancia que sea digno

Una madre dulce, un pan dulce

Un delantal blanco con vuelos, una revista Walt Disney

Una ventana de confites, una piedra gigante

Un juego sin amigos

Un recuerdo vacío e ingrato

Un deseo de no volver más que a la pureza,

Sólo a ella, a mi madre, pero no al espacio.

El sueño aturde mis manos

La casa me cae encima, cansada

Las células tratan de cerrarme los ojos

El lápiz se detiene curioso

Cavan los latidos mis energías

Bambolean mis neuronas inertes

Cierran el paso a los circuitos

Mis órdenes son aplazadas

Algo reclama libertad

Algo reclama soltura y almohada

Mientras la lluvia continúa su mandato

Humedecer la tierra hasta que calme su sed de ebria

lluvia insensata y plañidera.

Algún indio es llorado

Alguna montaña fue destruida

Por eso las nubes están de duelo

Hasta deshacerse y desaparecer

Rápidos sonidos cabalgan la noche

Curiosos pájaros cavilan entre cielo y tierra

La gente se molesta con sus hábitos nocturnos

Cunde el ruido pegajoso y rítmico

No se puede ir contra la noche

Aunque el día nos cegará con su luz

El amor lo inunda todo

Y a veces la noche hace lo mismo

No se puede ir contra la noche.

Calles simultáneas se van para siempre

Lo oscuro es decir adiós y mirar hacia atrás

Tu interés pausado me derriba

Lo tremendo es el miedo que tengo de sentir tu ternura

Lo terrible es saber que no se vuelve

Integral fue tu ósculo admirado y volátil

Como a tus ojos de cordero manso

Me levanto en pos de verte una vez, sólo una vez más.

La vaca sonríe desde la mesa

He de comprar calcetines que conozcan otros países

Cambia insólita la tarde neblinosa

Tu escudo de familia por otra parte

Se corta con un cuchillo suave

La etérea cortina suspendida

Entre tu corazón y tu cuchara

Entre tu corazón y tu rostro

Son los sones que carga el mediodía

Para acordarte que mañana es mañana,

Por ahora no saltes fuera de tu paraguas

Puedes quedar al margen del paseo por las estrellas

Cánticos lejanos se levantan

Haciendo señas

Vuelven el rostro mortecino

Con alas quemadas y purulentas

Vagan los indios onas y yaganes

En sus frágiles canoas de árboles eternos

Van hacia las aguas del olvido

Navegan hacia el mar de la muerte

Donde encontrarán nuevas formas de amar

Y de cocinar el pescado furibundo

Las aves acuáticas y frías les siguen

Les siguen porque son parte de ellas y su paisaje

Cómo serán las mañanas heladas y neblinosas

En que sólo cabe la paz y el silencio

La guerra y la muerte pacífica

El dolor bienvenido

El sol apenas

Contrario a lo que creas

Yo fui marinero de esas aguas puras.

Contrario a lo que creas o que pienses

Yo navego a donde quiero

Me basta un lápiz y voluntad

Me basta nacer sin descanso como el sol

A veces molestan las nubes, se adelantan

A veces las cosquillas de la muerte son incómodas

Las rechiflas del diablo son a toda hora

Que importa que renieguen de uno

Si ese uno es aún uno

Si es aún algo en esta tierra

Un montón de células organizando un mitin

Un laboratorio cargado de deseos y sueños

Un barco colmado de preguntas, goteras de bondad, indignación,

Yo navego a donde quiero

Sin moverme

La música es un fantasma

Que baila a solas y me atrae

Gira mi alma y la retuerce

Con veintemil colores sentados a mi puerta

Con dragones rosados y solemnes

Jurando no dañar a nadie y se sacan las garras

Guantes de terciopelo se ponen y me levantan

Algo que suene me sacan y se llevan los latidos

Se los llevan y quedo más vacía

Que guitarra suspendida en el aire.

Raras cosas ocurren en el día

Como ser que a alguien se le suicida el gato

O que éste muere de sida, el gato

Y los aviones ya no tienen portaaviones

Quizás las avionetas han coqueteado con ellos

Yo no pretendo establecer nada

Sólo sé que hoy día nació un niño

Y no hubo fiesta.

Francamente nunca quise ser poeta

Nunca quise nada o quería ser demasiadas cosas.

Pero el asombro estaba en mí

La exageración culminante estaba en mí,

El drama, el éxtasis me regían

Así tengo toda la gama de colores y dolores metida en mi piel

Y soy pasto, soy ave, insecto, soy caballo,

Araucaria y también de repente no soy.

Montada en un caballo blanco se acerca tímida y me rodea

Costea y revolotea cerca de mi cabeza,

La espanto como un mosquito de verano

Y vuelve con sus insinuaciones de enamorada

Yo no voy a estar triste,

Huye de mí que te mato

Dos veces si te hace falta

Y al liberarme de tu influjo insostenible

Pierdo la emoción de ser esclava del pasado.

Escudriña el vestido del tiempo

Agarrado a mi falda de porcelana

Aferrado a mi pasaporte galáctico

Calzo mis zapatos voladores

Hundo mis manos en los bolsillos cósmicos

Me adelanto en la dimensión escogida en el ojo

El universo interminable me da la mano

Rotas las veredas del espacio se allegan

A los tristes seres sumergidos

En preguntas inútiles, en tareas inútiles

En que las uñas terminarán violetas

Y las caras de la moneda

Pasarán a la historia como heroínas

En cambio, el noble pucho recogido en la calle

Será pisoteado por el torturador de turno

Inyectadas de polen las pupilas

Infectadas de penas las heridas

Marchítanse en pensamientos fúnebres

Esa lucha incoherente entre seres

Aparece en la maleza un baquiano, un ser extraño, un tunante

Talagante se sumerge en la bruma

La espuma brota de tu oído medio

El tedio inunda la bañera

Espera que venga la dócil oveja

Oreja escucha melodías

En días de corta suspensión

Canción de versos clandestinos

Mortecinos caen las telarañas

Pestañas en tus manos primorosas

Amorosas son las aves blancas del cielo

Anhelo un traje de fiesta colorido

Se han ido las cosas más tendenciosas

ociosas de puro elasticismo

Modismo sólo queda en las cosas

Furiosas de pura vulgaridad

Maldad contenida en la bravura

Blancura que sólo te da el detergente

Urgente se necesita un clavo

Octavo verso que no se entiende

Atiende lo que se te ha dado.

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